12 noviembre 2007

Más sabe el Diablo por viejo


Había un gallinero en el que vivían muy felices veinticinco gallinas y un gallo, pero como el gallo ya tenia unos cuantos años, el granjero quería cambiarlo por otro mas joven.
Un día se abrió la puerta del gallinero, y entro un gallo joven y bien plantado. Rápidamente las gallinas se arreglaron el plumaje, y empezaron a contornearse delante del gallo joven.

El gallo viejo, arrastrando sus espolones retorcidos, y con alguna que otra calva en su plumaje, se le acerco y le dijo así:
- Bienvenido, me alegro de conocerte compañero...supongo que siendo como eres joven y fuerte, tendrás intención de hacerte el amo del gallinero? no?
- Naturalmente abuelo -Contestó el gallo joven- ¿algún problema?. No claro -dijo el gallo viejo- solo que entre compañeros, y delante de las damas te ruego que no me dejes mal, y me des una salida airosa.

- ¿Que propones? - pregunto el jovencito.
- Pues mira... yo ya no estoy en disposición de pelear, por lo que te sugiero una carrera de tres vueltas alrededor del gallinero - Eso esta hecho - dijo el joven muy contento de liquidar el asunto de una forma tan fácil.
- Pero para ser justos, y dado que el reuma no me deja correr muy bien, te rogaría que me dieras media vuelta de ventaja. - No hay ningún problema- dijo el gallo joven muy seguro de sus posibilidades. De este modo empezó la carrera, y antes del que el gallo viejo hubiera completado la segunda vuelta, ya tenia al gallo joven pisándole los espolones.

Cuando de repente se oyó un tremendo escopetazo, y el gallo jovencito quedo despanzurrado en el suelo entre un charco de sangre y una nube de plumas...
- Coño...! dijo el granjero con una escopeta humeante entre las manos, - Es el tercer gallo maricón que me venden esta semana.