28 octubre 2010

Dos lobos


DOS LOBOS

Probablemente la mejor definición de la vida que he leido.





Una mañana un viejo Cherokee le contó a su nieto acerca de una batalla que ocurre en el interior de las personas.

El dijo, "Hijo mío, la batalla es entre dos lobos dentro de todos nosotros.

"Uno es Malvado - Es ira, envidia, celos, tristeza, pesar, avaricia, arrogancia, autocompasión, culpa, resentimiento, inferioridad, mentiras, falso orgullo, superioridad y ego..

"El otro es Bueno - Es alegría, paz amor, esperanza, serenidad, humildad, bondad, benevolencia, empatía, generosidad, verdad, compasión y fe."

El nieto lo meditó por un minuto y luego preguntó a su abuelo: “¿Qué lobo gana?”


El viejo Cherokee respondió:
"Aquél al que tú alimentes."

27 octubre 2010

Leopoldo Abadía y la crisis




Leopoldo Abadía (Zaragoza, 1933) es un profesor y escritor español conocido por su análisis de la crisis económica actual

Leopoldo Abadía (autor de " La crisis Ninja ") dice en su artículo:

Me escribe un amigo diciendo que está muy preocupado por el futuro de sus nietos.
Que no sabe qué hacer: si dejarles herencia para que estudien o gastarse el dinero con su mujer y que "Dios les coja confesados".


Lo de que Dios les coja confesados es un buen deseo, pero me parece que no tiene que ver con su preocupación.

En muchas de mis conferencias, se levantaba una señora (esto es pregunta de señoras) y decía esa frase que me a mí me hace tanta gracia: "qué mundo les vamos a dejar a nuestros hijos?"

Ahora, como me ven mayor y ven que mis hijos ya están crecidos y que se manejan bien por el mundo, me suelen decir "qué mundo les vamos a dejar a nuestros nietos?"

Yo suelo tener una contestación, de la que cada vez estoy más convencido:
"y a mí, qué me importa?!"

Quizá suena un poco mal, pero es que, realmente, me importa muy poco.

Yo era hijo único. Ahora, cuando me reuno con los otros 64 miembros de mi familia directa, pienso lo que dirían mis padres, si me vieran, porque de 1 a 65 hay mucha gente. Por lo menos, 64.

Mis padres fueron un modelo para mí. Se preocuparon mucho por mis cosas, me animaron a estudiar fuera de casa
(cosa fundamental, de la que hablaré otro día, que te ayuda a quitarte la boina y a descubrir que hay otros mundos fuera de tu pueblo, de tu calle y de tu piso), se volcaron para que fuera feliz. Y me exigieron mucho.


Pero qué mundo me dejaron? Pues mirad, me dejaron:

1. La guerra civil española
2. La segunda guerra mundial
3. Las dos bombas atómicas
4. Corea
5. Vietnam
6. Los Balcanes
7. Afganistán
8. Irak
9. Internet
10. La globalización


Y no sigo, porque ésta es la lista que me ha salido de un tirón, sin pensar. Si pienso un poco, escribo un libro.

Vosotros creéis que mis padres pensaban en el mundo que me iban a dejar? Si no se lo podían imaginar!

Lo que sí hicieron fue algo que nunca les agradeceré bastante: intentar darme una muy buena formación. Si no la adquirí, fue culpa mía.

Eso es lo que yo quiero dejar a mis hijos, porque si me pongo a pensar en lo que va a pasar en el futuro, me entrará la depre y además, no servirá para nada, porque no les ayudaré en lo más mínimo.

A mí me gustaría que mis hijos y los hijos de ese señor que me ha escrito y los tuyos y los de los demás, fuesen gente responsable, sana, de mirada limpia, honrados, no murmuradores, sinceros, leales. Lo que por ahí se llama "buena gente".

Porque si son buena gente harán un mundo bueno.

Por tanto, menos preocuparse por los hijos y más darles una buena formación:
que sepan distinguir el bien del mal, que no digan que todo vale, que piensen en los demás,
que sean generosos. . . .

En estos puntos suspensivos podéis poner todas las cosas buenas que se os ocurran.
Al acabar una conferencia la semana pasada, se me acercó una señora joven con dos hijos pequeños. Como también aquel día me habían preguntado lo del mundo que les vamos a dejar a nuestros hijos, ella me dijo que le preocupaba mucho qué hijos íbamos a dejar a este mundo.
A la señora joven le sobraba
sabiduría, y me hizo pensar.

Y volví a darme cuenta de la importancia de los padres. Porque es fácil eso de pensar en el mundo, en el futuro, en lo mal que está todo, pero mientras los padres no se den cuenta de que los hijos son cosa suya y de que si salen bien, la responsabilidad es un 97% suya y si salen mal, también, no arreglaremos las cosas.

Y el Gobierno y las Autonomías se agotarán haciendo Planes de Educación, quitando la asignatura de Filosofía y volviéndola a poner, añadiendo la asignatura de Historia de mi pueblo (por aquello de pensar en grande) o quitándola, diciendo que hay que saber inglés y todas estas cosas.

Pero lo fundamental es lo otro: los padres.

Ya sé que todos tienen mucho trabajo, que las cosas ya no son como antes, que el padre y la madre llegan cansados a casa, que mientras llegan, los hijos ven la tele basura, que lo de la libertad es lo que se lleva, que la autoridad de los padres es cosa del siglo pasado.

Lo sé todo. TODO. Pero no vaya a ser que como lo sabemos todo, no hagamos NADA.

Leopoldo Abadía.

P. D .
1. No he hablado de los nietos, porque para eso tienen a sus padres.
2. Yo, con mis nietos, a merendar y a decir tonterías y a reírnos, y a contarles las notas que sacaba su padre cuando era pequeño.
3. Y así, además de divertirme, quizá también ayudo a formarles.

18 octubre 2010

Los valores del hombre del siglo XXI (Según QUINO)

¡¡¡ES UN GENIO!!!


Genial retrato de Quino… Los valores del hombre moderno del Siglo XXI
Con el paso de los siglos el ser humano ha incorporado nuevo valores que se ajustan a los tiempos que corren.

A continuación Quino explica cuáles son los valores que dominan al hombre moderno




















Entrevista a Ghislaine Lanctot



Entrevista realizada por Victor-M.Amela a Ghislaine Lanctot, ex médica y autora del libro "La mafia médica", en el que cuestiona el sistema médico actual.

Nací en Montreal (Canadá). Fui médico y hoy soy Ghislaine Lactot médico del alma. Me he divorciado dos veces y tengo cuatro hijos (de 37 a 28 años) y cuatro nietos. ¿Política? ¡Soberanía individual! Cree en ti: eres divino y lo has olvidado. La medicina actual fomenta la enfermedad, no la salud: lo denuncio en mi libro “La mafia médica”.

Estoy griposo, ¿qué me receta?
–Nada.

¿Ni un poquito de Frenadol?
-¿Para qué? ¿Para tapar síntomas? No. ¡Atienda a sus síntomas, escúchese! Y su alma le dará la receta.

Pero, ¿me meto en la cama o no?
–Pregúnteselo usted mismo, y haga lo que crea que le conviene más. ¡Crea en usted!

¡A los virus les da igual lo que yo crea!
–Ah, ya veo: elige usted el papel de víctima. Su actitud es: “He pillado una gripe. Soy víctima de un virus. ¡Necesito medicinas!”.


...Pues sí, como todos...
–Pues allá usted... Mi actitud sería: “Me he regalado una gripe. ¡Soy la única responsable! Debo cuidarme un poco”. Y me metería en cama, reposaría, me relajaría, meditaría en cómo me he maltratado últimamente...

¿Se ha “regalado” una gripe, dice?
–¡Sí! Tu enfermedad viene de ti, no viene de fuera. La enfermedad es un regalo que tú te haces para encontrarte contigo mismo.

Pero nadie desea una enfermedad...
–Tu enfermedad refleja una desarmonía interior, en tu alma. Tu enfermedad es tu aliada, te señala que mires en tu alma, a ver qué te sucede. ¡Dale las gracias: te brinda la ocasión de hacer las paces contigo mismo!

Quizá sea más práctica una pastillita...
–¿Hacer la guerra a la enfermedad? Eso propone la medicina actual, y las guerras matan, traen siempre muertes.

No me dirá ahora que la medicina mata...
–¡Un tercio de las personas hospitalizadas lo son por efectos medicamentosos! En Estados Unidos, 700.000 personas mueren al año a causa de efectos secundarios de medicamentos y de tratamientos hospitalarios.

Morirían igual sin medicamentos, oiga.
–No. No si cambiamos el enfoque: la medicina actual ha olvidado la salud, ¡es una medicina de enfermedad y de muerte! No es una medicina de salud y de vida.

¿Medicina de enfermedad? Acláremelo...
–En la antigua China, un acupuntor era despedido si su paciente enfermaba. O sea, ¡el médico cuidaba de la salud! ¿Ve? Toda nuestra medicina es, pues, el fracaso total.

Prefiere medicinas alternativas, pues...
–Respetan más el organismo que la medicina industrial, desde luego: homeopatía (¡será la medicina del siglo XXI!)acupuntura,fitoterapia,reflexoterapia, masoterapia...la practica del yoga..la meditacion .. Son más baratas...
y menos peligrosas.

Pero no te salvan de un cáncer.
–¡Dígale eso a la medicina convencional! ¿Te salva ella de un cáncer?

Puede hacerlo, sí.
–Lo que hará seguro es envenenarte con cócteles químicos, quemarte con radiaciones, mutilarte con extirpaciones...
¡Y, encima, cada día aparecen más cánceres! ¿Por qué? Porque la gente vive olvidando su alma (que es divina): la paz de tu alma será tu salud, porque tu cuerpo es el reflejo material de tu alma. Si te reencuentras con tu alma, si la pacificas..., ¡no habrá cáncer!

Palabras bonitas, pero si un hijo suyo tuviese un cáncer, ¿qué haría usted?
–Alimentaría su fe en sí mismo: eso fortalece el sistema inmunitario, lo que aleja al cáncer. ¡El miedo es el peor enemigo! El miedo mina tus autodefensas. ¡Nada de miedo, nada de sumisión al cáncer! Tranquilidad, convicción, delicadeza, terapias suaves...

Perdone, pero lo más sensato es acudir a un oncólogo, a un médico especialista.
–La medicina convencional debiera ser sólo un último recurso, y muy extremo... Y si tu alma está en paz, eso jamás te hará falta.

Bien, pues tengamos el alma pacificada... pero, por si acaso, pongámonos vacunas.
–¡No! Las fabrican con células ováricas de hámster cancerizadas para multiplicarlas y cultivarlas en un suero de ternera estabilizado con aluminio (eso la de la hepatitis B, con su virus): ¿inyectaría usted eso a sus hijos?

Les he hecho inyectar ya varias...
–Y yo a los míos: fui médico, y por entonces no sabía aún todo lo que hoy sé... ¡Pero hoy mis hijos no vacunan ya a sus hijos!

Yo creo que seguiré vacunándolos...
–¿Por qué? La medicina actual mata moscas a martillazos: no siempre muere la mosca, pero siempre rompe la mesa de cristal. Son tantos los dañinos efectos secundarios...

¿Por qué abominó usted de la medicina?
–Yo me hice médico para ayudar. Me dediqué a la flebología, a las varices. Llegué a tener varias clínicas. Pero fui dándome cuenta del poder mafioso de la industria médica, que atenta contra nuestra salud, ¡que vive a costa de que estemos enfermos! Lo denuncié... y me echaron del Colegio de Médicos.

O sea, ya no puede usted recetar...
–¡Mejor! Los medicamentos están fabricados pensando en la lógica industrial del máximo beneficio económico, y no pensando en nuestra salud. Al revés: si estamos enfermos, ¡la mafia médica sigue ganando dinero!

¿Y a quiénes tilda de “mafia médica”?
–A la Organización Mundial de la Salud (OMS), a las multinacionales farmacéuticas que la financian, a los gobiernos obedientes, a hospitales y a médicos (muchos por ignorancia)... ¿Y qué hay detrás? ¡El dinero!

No escoge usted enemigos pequeños...
–Lo sé, pero si me hubiera callado, hubiese enfermado y hoy estaría ya muerta.

¿Cuál ha sido su última enfermedad?
–Hace dos días, ja, ja... ¡una diarrea!

Vaya: ¿qué reflejaba eso de su alma?
–Oh, no sé, no lo he analizado... Me he limitado a no comer... ¡y ya me siento bien!

Pero se pasa mal, ¿eh...?
–Ja, ja... Si la enfermedad te visita, ¡acógela, abrázala! ¡Haz la paz con ella! No salgas corriendo como loco en busca de un médico, de un salvador... Tu salvador vive dentro de ti. Tu salvador eres tú. ¡Tú eres Dios!

El Peluquero


Un día, un florista fue al peluquero a cortarse el pelo. Luego del corte pidió la cuenta y el peluquero le contestó:

- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El florista quedó agradecido y dejó el negocio. Cuando el peluquero fue a abrir el negocio, a la mañana siguiente, había una nota de agradecimiento y una docena de rosas en la puerta.

Luego entró un panadero para cortarse el pelo, y cuando fue a pagar, el peluquero respondió:

- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El panadero se puso contento y se fue. A la mañana siguiente cuando el peluquero volvió, había una nota de agradecimiento y una docena de panes esperándolo en la puerta.

Más tarde, un profesor fue a cortarse el pelo y en el momento de pagar, el hombre otra vez respondió:


- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El profesor con mucha alegría se fue. A la mañana siguiente, cuando el peluquero abrió, había una nota de agradecimiento y una docena de diferentes libros, tales como ' Cómo mejorar sus negocios' y 'Cómo volverse exitoso'.

Entonces un diputado fue acortarse el pelo y cuando fue a pagar y el peluquero nuevamente dijo:


- No puedo aceptar dinero. Esta semana estoy haciendo un servicio comunitario.

El diputado contento se alejó. Al día siguiente cuando el peluquero fue a abrir el local, había una docena de diputados haciendo cola para cortarse gratis.

Esto, querido amigo, muestra la diferencia fundamental que existe actualmente entre los ciudadanos comunes y los miembros del Honorable Congreso de la Nación.

12 octubre 2010

Recogerás lo que siembras




Una mañana una mujer bien vestida se paró delante de un indigente que estaba en la acera, quien lentamente levantó la vista... y miro a la mujer que parecía acostumbrada a las cosas buenas de la vida. Su abrigo era nuevo. Parecía que nunca se había perdido una comida en su vida. Su primer pensamiento fue: Solo se quiere burlar de mi, como tantos otros lo habían hecho.

-Por Favor Déjeme en paz !!!.. .- gruñó el indigente

Para su sorpresa, la mujer siguió frente a él. Ella sonreía, sus dientes blancos mostraban destellos deslumbrantes.

- ¿Tienes hambre? - preguntó ella.

- No. - contestó sarcásticamente - Acabo de llegar de cenar con el presidente ... Ahora vete.

La sonrisa de la mujer se hizo aún más grande.

De pronto el hombre sintió una mano suave bajo el brazo.

- ¿Qué hace usted, señora? - preguntó el hombre enojado - ¡¡Le digo que me deje en paz !!

Justo en ese momento un policía se acercó.

- ¿Hay algún problema, señora? -le preguntó el oficial

- No hay ningún problema oficial - contestó la mujer - Sólo estoy tratando de ayudarle para que se ponga de pie. ¿Me ayudaría? le pregunto la mujer.

El oficial se rascó la cabeza… y respondió:

- Si, el Viejo Juan, ha sido un estorbo por aquí los últimos años. ¿Qué quiere usted con él?

- ¿Ve la cafetería de allí? - preguntó ella - Quiero llevarlo a comer alguna cosa y sacarlo del frío por un ratito.

- ¿Está loca, señora?dijo el oficial.

- ¡¡Yo no quiero ir !!dijo el indigente.

Pero entonces noto dos fuertes manos agarrándolo de los brazos y lo levantaron.

- Déjame ir oficial, yo no hice nada…

- Vamos Viejo, esta es una buena oportunidad para ti - el oficial le susurro al oído.

Finalmente aunque con cierta dificultad, la mujer y el agente de policía llevaron al viejo Juan a la cafetería y lo sentaron en una mesa de un rincón de la cafetería. Era casi mediodía, la mayoría de la gente ya había almorzado y el grupo para la comida aún no había llegado.

El dueño de la cafetería se acercó y les pregunto.

- ¿Qué está pasando aquí, oficial? ¿Qué es todo esto?

- Esta señora lo trajo aquí para que coma algo - respondió el policía.

- ¡Oh no, Aquí no! - respondió el dueño airadamente - ¡¡¡Tener una persona como esta aquí, es malo para mi negocio !!!

El viejo Juan esbozó una sonrisa con sus pocos dientes.


- Señora, se lo dije. Ahora, ¿va a dejarme ir ?. Yo no quería venir aquí desde un principio.

La mujer se dirigió al dueño de la cafetería y sonrió:

- Señor, ¿está usted familiarizado con Hernandez y Asociados ? la firma bancaria que está a dos calles?

- Por supuesto que los conozco - respondió el dueño con impaciencia - Ellos tienen sus reuniones semanales en una de mis salas de banquetes.

- ¿Y usted gana una buena cantidad de dinero con esas reuniones semanales? - pregunto la señora.

- ¿Y eso que le importa a usted?replico el dueño de la cafetería que estaba empezando a enojarse.

- Yo soy Penélope Hernandez, presidenta y dueña de la compañía.

- ¡¡Oh Perdón !! - respondió él.

La mujer sonrió de nuevo:

- Pensé que esto podría hacer una diferencia en su trato al menos por esta vez.

La señora entonces le pregunto al oficial que se contenía la risa

- ¿Le gustaría tomar con nosotros una taza de café o tal vez comer alguna cosa?

- No, gracias señora. Estoy en serviciorespondió el oficial.

- Entonces, ¿quizá una taza de café para llevar?

- Sí, señora… Eso sería mejor.

El gerente de la cafetería giró sobre sus talones como recibiendo una orden.

- Voy a traer el café para usted de inmediato señor oficial.

El oficial lo vio alejarse. Y dirigiéndose a la señora añadió:

- Ciertamente lo ha puesto en su lugar.

- Esa no fue mi intención - dijo la señora - Lo crea o no, tengo una buena razón para todo esto.
Se sentó a la mesa frente a su invitado y lo miró fijamente...

- Juan ¿te acuerdas de mí?

El viejo Juan miro el rostro de ella, con los ojos lagañosos…

- Creo que sí, me es familiar.

- Mira Juan, quizá estoy más mayor, pero mírame bien, dijo la Señora... Tal vez me veas un poco mas llenita ahora... pero cuando tu trabajabas aquí, hace muchos años vine una vez, por esa misma puerta, muerta de hambre y frio.

Algunas lágrimas rodaron sobre sus mejillas...

- ¿Señora? - dijo el Oficial - no puedo creer lo que estoy oyendo, ni siquiera pensar que usted haya podido llegar a pasar hambre.

La señora hizo una gesto de silencio al oficial y continuo.

- Yo acababa de graduarme de la Universidad y vine a esta ciudad en busca de un trabajo, pero no pude encontrar nada.

Con la voz quebrantada la mujer continuaba:

- Pero cuando me habían echado de mi apartamento y solo tenía unas cuantas monedas, allá por el mes de febrero helado, caminaba por estas calles muerta de hambre y frio... Caminaba por las calles cuando entré en esta cafetería con pocas esperanzas de conseguir algo de comer.

Con lágrimas en sus ojos la mujer siguió hablando...

- Juan… tú me recibiste con una sonrisa.

- Ahora me acuerdo - dijo Juan. - Yo estaba detrás de la barra. Usted se acercó y me preguntó si podría trabajar a cambio de comida - explico Juan.

- Me dijiste que estaba en contra de la política de la empresa - continuó la mujer - Entonces, tú me hiciste el sándwich de carne más grande que había visto nunca... me diste una taza de café, y me fui a un rincón a disfrutar de mi comida. Tenía miedo de que te metieras en problemas. Luego, cuando vi que metías de tu bolsillo el dinero del precio de la comida en la caja registradora, supe entonces que todo iba a ir bien.

- ¿Así que usted comenzó su propio negocio? - pregunto el viejo.

- Si, encontré un trabajo esa misma tarde. Trabajé muy duro y fui subiendo con mi esfuerzo y trabajo duro. Eventualmente empecé mi propio negocio y prosperó - Ella abrió su bolso y sacó una tarjeta - Cuando termines aquí, quiero que vayas a hacer una visita al señor Martínez. Él es el director de personal de mi empresa. Iré a hablar con él y estoy segura de que encontrará algún trabajo que tu puedas hacer en la oficina. Creo que incluso podría darte un adelanto, lo suficiente para que puedas comprar algo de ropa y conseguir un lugar para vivir hasta que te recuperes. Si alguna vez necesitas algo, mi puerta está siempre abierta para ti Juan.

Las lagrimas brotaban por las mejillas de Juan:


- ¿Cómo voy a poder agradecerle todo esto? - preguntó.

- Al contrario, yo te agradezco lo que tú hiciste por mí en su momento - respondió la mujer.

Fuera de la cafetería, el oficial y la mujer se detuvieron antes de seguir cada uno su camino.

- Gracias por toda su ayuda, oficial. - dijo la Sra. Hernandez.

- Al contrario - dijo el oficial - Gracias. Hoy vi un milagro, algo que nunca voy a olvidar. Y ... gracias por el café.


Cuando la vida o Dios te lleve al borde de un precipicio, confía plenamente y déjate llevar. Sólo 1 de 2 cosas va a suceder, o te sostendrá cuando tú te caigas, o te enseñara a volar!

Pero recuerda… cosechamos lo que sembramos.

El Universo entero conspira para que tus sueños se hagan realidad.

08 octubre 2010

Cómo ir de Repente a Kagar

Cómo ir de REPENTE a KAGAR






Es real y está al norte de Berlín. Fijarse en el lago que hay al lado de Kagar, es pa Kagarsee!

Las mujeres siempre marcan la diferencia

Las mujeres marcan la diferencia en la relación.



Se cuenta que en una ocasión el presidente de los Estados Unidos, Barak Obama, salió a cenar con su esposa Michelle y decidieron dirigirse a un restaurante no tan lujoso como los habituales, ya que aquella noche querían hacer algo diferente y salir de la rutina. Estando sentados a la mesa del establecimiento, el propietario se aproximó adonde se encontraban y pidió por favor a los guardaespaldas que le permitieran acercarse para saludar a la esposa del presidente. Y así lo hizo. Al retirarse el dueño del establecimiento, Obama le preguntó a Michelle:

- "¿Cuál ha sido el interés de ese hombre en saludarte?"

Su esposa le respondió:

- "En mi adolescencia ese hombre estuvo muy enamorado de mí durante mucho tiempo."

El presidente le dice:

- "¡Ah, eso quiere decir que si tú te hubieras casado con él, hoy serías la dueña de este restaurante!"

Michelle le refutó:

- "No, cariño... Si yo me hubiera casado con ese hombre, ¡él sería hoy el presidente de los Estados Unidos de América!"